Loriguilla salió a la calle para recibir a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente el pasado viernes, 5 de enero, y para disfrutar de una Cabalgata que año tras año se ha convertido en uno de los acontecimientos más multitudinarios y participativos de los que se celebran en la localidad. Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados de sus pajes, visitaron el municipio, saludaron a los más pequeños y recogieron las cartas de los más rezagados. Grandes y pequeños vivieron la tradicional Cabalgata de Reyes con emoción, entusiasmo e ilusión.
Los loriguillanos arroparon a los Reyes durante todo el desfile real. A la hora prevista, la comitiva partió desde la parada de autobús de la calle Ángel Custodio, con tres carrozas, una para cada Rey Mago, y precedida por una animada charanga, a la que acompañaron algunos personajes Disney. Durante todo el recorrido, hubo lanzamiento de caramelos y pelotas pero, sobre todo, mucha ilusión y buenos deseos.
En un gran ambiente, los Reyes Magos recorrieron las calles 9 de Octubre, Larga y La Morera, girando por la avenida del Mediterráneo y después por Trasera Cine, hasta desembocar en la avenida del Oeste, frente al Ayuntamiento, donde no cabía ni un alfiler. Los vecinos se agolpaban para ver de cerca y tocar a tan deseados invitados.
Allí mismo, a las puertas del consistorio, autoridades locales y miembros de la parroquia, encabezados por el alcalde, Sergio Alfaro, recibieron a Sus Majestades como se merecen y les acompañaron hasta el interior de la Iglesia de San Juan Bautista donde realizaron la ofrenda al Niño Jesús. Después, regresaron a la plaza y sentados ya en sus tronos, saludaron a todos los niños y niñas que les esperaban expectantes para contarles sus confidencias y recibir sus regalos.
Un castillo de fuegos artificiales puso el cierre a tan mágica noche. La Cabalgata, organizada por el Ayuntamiento de Loriguilla, en colaboración con la parroquia, voluntarios, Falla de Loriguilla y Festeros, contó con un dispositivo especial que permitió que el evento se desarrollase con normalidad y fuera un éxito de participación.
