La Casa de la Juventud de Loriguilla realiza su primera acción dedicada a la lucha contra el acoso escolar

La Casa de la Juventud de Loriguilla ha comenzado su actividad abarcando un tema tan actual como polémico entre los adolescentes de todo el mundo.

Exponer a debate algo como el “bullying” no es posible si previamente no se define correctamente en lo que verdaderamente consiste, ya que no solo se trata de la violencia con la que lo identificamos, sino la violación del respeto con la que comienza.

El término “Bullying” se refiere al acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros. Es, sin duda alguna, uno de los peores males sufridos por los jóvenes del siglo XXI, ya que supone un obstáculo en el desarrollo –ya difícil de por sí- de las capacidades de socialización de cualquier persona.

Durante toda esta semana, en la Casa de la Juventud, se ha estado debatiendo acerca de los mitos y verdades que relacionamos con éste término, reflexionando sobre las experiencias de personas que lo han sufrido, además de lo que ellos han sido testigos. Y se atrevieron con un test anónimo que trataba de evaluar sus reacciones y las de su entorno cercano ante estos problemas.

La primera parte del test valoraba con qué frecuencia y en qué circunstancias se ha sido testigo del acoso a compañeros. Al parecer, lo más común es presenciar bromas de mal gusto y críticas destructivas, seguidas de cerca de insultos y amedrentamientos de diversa índole. La marginación es otro de los ataques más recurrentes por parte de los acosadores. En la segunda parte, se valoró qué tipo de “bullying” se ha sufrido directamente, con resultados casi idénticos. Sin embargo, en el apartado que pretendía valorar en qué medida se ha participado en éste tipo de prácticas, se descubre que somos incapaces de reconocer que algunos de nuestros actos podrían ser considerados como “bullying” para otras personas.

La perspectiva con la que abordamos un tema como éste es fundamental para aprender a solucionar el problema. Lo que nosotros consideramos una “broma inocente” puede resultar humillante para el compañero que la recibe. Y, sin ser honestos a la hora de reconocer nuestras propias acciones, es muy difícil que podamos llegar a un consenso sobre las medidas necesarias para erradicar el acoso escolar.

De los participantes, más de la mitad opina que el acosador suele pertenecer al sexo masculino, y que el “bullying” se produce tanto dentro como fuera del instituto. Un 15% reconoce haber sentido miedo alguna vez de ir al colegio por causa de sus propios compañeros. La gran mayoría cree que las víctimas guardan silencio o lo cuentan en casa, pero pocos son los que se decantan por los profesores o amigos. El 30% no sabe qué medidas se adoptan en el centro frente a estos casos, aparte de un castigo por parte del tutor; el 50% está convencido de que no existe un protocolo de actuación frente al acoso que realmente se acabe llevando a la práctica.

Desde la Casa de la Juventud, animamos a todas las víctimas de cualquier tipo de falta de respeto en las aulas –o fuera de ellas- a denunciar a sus acosadores y apoyarse en sus amistades para luchar contra la violencia, sea del tipo de sea. Loriguilla dice NO al “bullying”.

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