El Ayuntamiento de Loriguilla ha decidido no abrir la piscina municipal durante el próximo verano, debido a la complejidad de garantizar las medidas de seguridad requeridas por las autoridades sanitarias para la apertura de estos espacios públicos y lo imprevisible de la evolución de la pandemia por coronavirus (Covid-19).
Las razones que han llevado al Ejecutivo local a tomar esta decisión pasan por el hecho principal de que se trata de un lugar dónde se concentra gran cantidad de usuarios y, por lo tanto, susceptible de contagio y propagación del virus. A esto se une la dificultad de cumplir con el protocolo de medidas sanitarias impuestas para su apertura, como son la distancia de seguridad de dos metros entre personas o tres metros en los vestuarios, la limitación y el control del aforo, dentro y fuera del agua, así como en el resto de zonas de las instalaciones, además de las exigencias de desinfección y limpieza de las distintas áreas.
Fuentes municipales aseguran que abrir la piscina obligaría a adoptar una serie de medidas que imposibilitan prestar un servicio seguro para los usuarios y que por su complejidad implican más un problema que una solución segura. Sin contar con la obligación de establecer turnos de baño, la venta telemática de entradas y de control de acceso, en el caso de que se abriera al público.